(Entrevista: Diego Vivas)
Smiljan Radic es dentro de lo poco y quizás presuroso de mi percepción una persona cercana y sensible, pero sobretodo directa, virtud importante en la profesión de la arquitectura - en donde a veces lo poético cobra una preponderancia muy por sobre lo fáctico- así como en todas las cuáles se manejen coordinaciones con tantas variedades de especialidades para llegar a un producto construido.
La entrevista se dio en medio del taxi camino al vuelo que tenía que tomar para regresar a Chile y terminando la complicada agenda que manejó en Lima, en medio de las potentes charlas en la Facultad de Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica del Perú (FAU PUCP) y el espacio AMIL, que sin duda alguna abren y vuelven más cercano el panorama actual de su arquitectura, en donde la importancia de los valores constructivos, la cultura y el lugar cobran especial preponderancia.
Asimismo, la posibilidad de coincidencia que tuvo ésta con la ponencia ''Continuidad, Discurso y Materia. Trazos Arquitectónicos en el Chile Contemporáneo'' y el seminario ''Arquitectura y Pensamiento Clásicos Chilenos: Del Manual Clásico a la nostalgia del patrimonio Textos de Arquitectura en Chile 1853-1927'' a cargo de Fernando Pérez-Oyarzún que tuvieron lugar en la Facultad de Arquitectura de la PUCP permiten abordar también sus ideas en el marco de un desarrollo colectivo y coyuntural de la arquitectura chilena, empujado por un grupo especialmente interesante y diverso que ha llevado la energía de la arquitectura de Chile a espacios internacionales.
- Hola Smiljan, ¿qué te trae por Lima?
- En realidad es una invitación de Fernando Andrade, una invitación que se produjo a mitad de año, por la posibilidad de un posible proyecto, netamente un trabajo profesional que después se acompañó de una charla en la escuela de arquitectura de la Facultad de Arquitectura de la PUCP y una segunda lectura en el espacio Amil.
- Una pregunta clásica, ¿Qué te lleva a seguir el oficio de la arquitectura?
En realidad es una casualidad porque yo dibujaba bien, esa era la única relación que yo tenía con la arquitectura. En mi familia nadie es arquitecto, tampoco no tenía ninguna afinidad con el arte ni con la arquitectura. No hubo ninguna otra condicionante de otro tipo.
- En ese sentido ¿cómo sueles enfrentarte emocionalmente al proyecto de arquitectura?
- Yo siempre digo que en los proyectos no hay un problema común. Es caso a caso, uno va participando en los proyectos. Siempre vienen de maneras distintas, con clientes distintos, en sitios distintos, entonces no hay una manera formalizada con la cual me enfrento a proyectos determinados. Muchas veces son casualidades, van surgiendo cosas. Realmente no podría… se me hace difícil encasillar mi trabajo, además son muy distintos los que haces por concurso público, los que ganas y no ganas, los proyectos que también haces por privado.
- ¿Hay algo qué buscas sentir?
- No aburrirme más que otras cosas. Se nota cuando el arquitecto está aburrido, se nota inmediatamente. Siempre tratar que los encargos sean relativamente nuevos, ofrezcan una cosa nueva, oportunidades nuevas.
- Puede ser una pulsión interna…
- Hay datos duros, se ha hecho esto, no se ha hecho lo otro. Por ejemplo venir a Perú a hacer algo me interesa. En general no construyo mucho afuera porque no he tenido muchas posibilidades salvo casos muy específicos. Sin embargo si tuviera que hacer una casa en Chile o una casa en Perú, la misma casa, con los mismos problemas, los mismos clientes etc., yo prefiero hacerla en Perú, porque me da nuevas posiblidades. Hacerla en Perú significa que hay una serie de valores constructivos, lenguaje social que si te permite tener nuevas posibilidades, nuevas maneras de ver lo mismo.
- ¿De qué quisieras que se hable más en la arquitectura?
- Lo que yo encuentro importante en la arquitectura es que te permite tener una gama de posibilidades muy grande. Entonces, si uno se focalizará en un solo tema o en varios temas... me parece que debería ser al revés, ojala dispersarlo lo más posible y poder tener una gama de temas y necesidades de discusión de todo tipo. En la medida que siempre han aparecido los grandes movimientos han tendido a sesgar la arquitectura o las construcciones, mas que ha darle nuevos valores.
- Y... ¿qué te lleva a seguir en este oficio?
- Que me permite vivir. Al ser una profesión liberal te permite hacer ciertas cosas, he tenido suerte, me entretengo. Sobre todo me entretengo, ha estado bien, no me puedo quejar (risas).
- Te voy a decir una serie de palabras y coméntame que te evocan. Chile...
- Un lugar muy bueno para vivir. Yo porque soy un privilegiado dentro de Chile, se vive muy bien, se puede vivir muy bien. En ese sentido, a pesar de que uno podría verlo con negatividad ahora por los momentos políticos, uno podría verlo como un muy buen lugar para vivir.
- Política…
- Me gusta mucho, creo que finalmente también hay una política en la arquitectura, en la manera de enfrentarse a los problemas, está en todo. Meterse en esto, en esto otro, existe. Incluso como lo haces es una manera de hacer política.
- La equivocación…
- Ojalá lo menos posible, para que no se espanten los posibles clientes. Errar yo lo encuentro muy complicado, porque uno se equivoca no con dinero propio sino con ajeno. No solo con los proyectos públicos sino también en los privados. Es importante tratar de no equivocarse o dedicarse la cantidad de tiempo necesario para evitar las posibles equivocaciones. No creo en este romanticismo de que la equivocación produce nuevas cosas.
- Fernando Pérez Oyarzun…
- Gran profesor, yo lo tuve en primer año, ¡un gran profesor! Muy atento, muy preocupado e intelectualmente increíble.
- Atmósfera…
- Hay ambientes más que atmósferas que me producen alegría. No sabría decirte, en general muchas veces están asociadas las memorias infantiles. Cuando uno se va poniendo viejo sobretodo (risas) hay como cierta asociación a las memorias infantiles de las cuales habla T. Kantor o Proust. Hay como una memoria involuntaria que se viene, que tiene que ver a veces con los frescores de las casas de campo, con la sombra o con dormir siestas bien...
- Piedra…
- Es un acumulador de tiempo. Todas las piedras tienen de manera natural una especie de tiempo geológico que no muchos materiales tienen. Cuando se banaliza su uso se le quita esa cualidad que es la más importante, esa cualidad temporal que es una especie de detonante que es valioso.
- Construcción…
Es una palabra que me gusta mucho. Una palabra más abierta que la palabra arquitectura. La palabra arquitectura supone a un especialista. En cambio la palabra construcción no, mucha gente puede construir, estar en torno. Hacer un castillo de arena un niño; puede hacer una construcción de palo, los constructores hacen construcciónes, los artistas también. Mucha gente puede estar en torno a esta palabra desde su especificidad.
- Una cosa que te haga feliz…
- Uhm... ¡Dormir siestas! (risas)
- A todos los estudiantes y arquitectos quizás... (risas). Y por último, un mensaje a los estudiantes de arquitectura…
- Yo siempre he dicho que los estudiantes lo único que tienen que hacer es estudiar. Uno tiene que ir haciendo las cosas que le toca hacer. Si eres estudiante te toca estudiar, punto. No hay otra cosa que hacer, no corresponde. Si uno hace otras cosas es porque quiere hacerlas, pero tienen que ser un agregado a lo que uno esta haciendo que es estudiar. Ese debería ser el centro.
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- INFORMACIÓN EXTRA:
+ Smiljan Radic es arquitecto por la Pontificia Universidad Católica de Chile y cursó estudios en el IUAV de Venezia. Invitado a participar en la 12° Bienal de Arquitectura de Venecia con la exposición "El chico escondido en un pez" y encargado del Serpentine Pavillion 2014, siendo el segundo latinoamericano y el primer chileno en la historia en recibir esta responsabilidad.
+ Para conocer más de su obra revisar Smiljan Radic de la Serie Obras ARQ Ediciones (2004), Revista 2G. N°44. Smiljan Radic por Gustavo Gili (2007), El Croquis N°167 (2013) y ARQ +2. Smiljan Radic de ARQ Ediciones (2014).